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¿QUÉ ES LA TOLERANCIA
Toda persona nace libre e igual en dignidad y derechos, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Asimismo, todas las personas gozan de los mismos derechos humanos.
La tolerancia significa el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias, así como el reconocimiento, la aceptación y el aprecio al pluralismo cultural, a las formas de expresión, a los derechos humanos de los demás y a la diversidad del aspecto, situación, comportamiento y valores de todas las personas, como indica la Declaración de Principios sobre la Tolerancia, de 1995, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés).
UNA CONDUCTA TOLERANTE implica un discernimiento individual para respetar y aceptar las diferencias raciales, políticas, sexuales y sociales de los demás. Asimismo, la tolerancia se encuentra estrechamente ligada al deber que tiene toda persona de respetar los derechos humanos de las otras personas. El derecho a la libertad e igualdad y la prohibición de la discriminación son derechos humanos reconocidos expresamente en tratados internacionales, por lo que es necesario el fomento del respeto a los mismos, como parte de la cultura, en un proceso de aprendizaje e interiorización de estos por toda la población.
El deber que todos tenemos de respetar los derechos de los demás no le resta responsabilidades al Estado, en el sentido de ser el garante y responsable último de la protección de los derechos humanos.
La educación es el medio más eficaz para fomentar la tolerancia; para ello, el primer paso es la difusión de los derechos humanos.
Al respecto, la UNESCO ha señalado algunos ELEMENTOS QUE IMPULSAN LA TOLERANCIA, entre los que se encuentran:
Utilizar un lenguaje con la ausencia de calificativos raciales, étnicos o de sexo, lo que puede fomentarse evitando adjetivos y verbos que prejuzguen la descripción de acontecimientos o de personas. Por ejemplo, cambiando el término “individuo” por el de “persona”, por ser más acorde a una perspectiva de género.
La igualdad entre las personas para acceder a los beneficios sociales, a las actividades públicas y a las oportunidades educativas y económicas para todos los grupos, tanto hombres como mujeres, y de cualquier raza, etnia, religión, edad o clase social.
El respeto mutuo a la dignidad humana de todas las personas de la sociedad.
La igualdad de oportunidades para la participación de las minorías, hombres y mujeres, en el proceso democrático.
Garantizar la preservación de la integridad cultural y de las lenguas minoritarias y fomentar su utilización; el respeto a la dignidad humana y a todos los derechos de las personas pertenecientes a minorías y pueblos indígenas.
Los diálogos interétnicos e interreligiosos sobre los problemas comunes y sobre las relaciones entre grupos forman parte del discurso comunitario.
La Organización de Naciones Unidas, y en especial la UNESCO, han realizado importantes esfuerzos para promover la tolerancia, como la aprobación de la mencionada Declaración de Principios sobre la Tolerancia; el Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia, que tuvo lugar en 1995, y la invitación, en 1996, a los Estados miembros a que observaran el 16 de noviembre de cada año como Día Internacional para la Tolerancia. Se incluye la Declaración como anexo, con el ánimo de que el lector conozca su contenido.
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS SOBRE LA TOLERANCIA (16 DE NOVIEMBRE DE 1995)
Artículo 1. Significado de la tolerancia
1.1. La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos. La fomentan el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. La tolerancia consiste en la armonía en la diferencia. No sólo es un deber moral, sino además una exigencia política y jurídica. La tolerancia, la virtud que hace posible la paz, contribuye a sustituir la cultura de guerra por la cultura de paz.
1.2. Tolerancia no es lo mismo que concesión, condescendencia o indulgencia. Ante todo, la tolerancia es una actitud activa de reconocimiento de los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los demás. En ningún caso puede utilizarse para justificar el quebrantamiento de estos valores fundamentales. La tolerancia han de practicarla las personas, los grupos y los Estados.
1.3. La tolerancia es la responsabilidad que sustenta los derechos humanos, el pluralismo (comprendido el pluralismo cultural), la democracia y el Estado de derecho. Supone el rechazo del dogmatismo y del absolutismo y afirma las normas establecidas por los instrumentos internacionales relativos a los derechos humanos.
1.4. Conforme al respeto de los derechos humanos, practicar la tolerancia no significa tolerar la injusticia social ni renunciar a las convicciones personales o atemperarlas. Significa que toda persona es libre de adherirse a sus propias convicciones y acepta que los demás se adhieran a las suyas. Significa aceptar el hecho de que los seres humanos, naturalmente caracterizados por la diversidad de su aspecto, su situación, su forma de expresarse, su comportamiento y sus valores, tienen derecho a vivir en paz y a ser como son. También significa que uno no ha de imponer sus opiniones a los demás.